Ordenación sacerdotal en Lugo
El Obispo de Lugo, Alfonso Carrasco Rouco ordenó a dos diáconos, José Antonio Adrio y Marcos Torres, el pasado 4 de julio. La catedral de Lugo acogió esta ceremonia a la que asistieron familiares y amigos de los dos nuevos diáconos y que fue concelebrada por numerosos sacerdotes
En su homilía Mons. Alfonso Carrasco Rouco hizo referencia a la llamada que Cristo les ha hecho a una “obra y misión victoriosa con el Señor”. “Irán como profetas a anunciar el Evangelio, con la palabra, obras y amor. Con su corazón unido al Señor”.
En otro momento de su homilía, señaló que “Serán testigos del corazón, del Amor de Dios, que el hombre desconoce si no mira Cristo que es quien nos lo revela”. Están llamados a ser “testimonio de que el Señor está cerca de nosotros, testigos de un amor que nos sostiene y de su misericordia, que perdona los pecados de los hombres”.
En referencia a la misión de diáconos, Mons. Alfonso Carrasco, manifestó que “la tarea a la que se enfrentan como diáconos es de servicio, de trabajo. Una tarea que realizarán con felicidad porque trabajando al servicio de Dios, están sirviendo a sus hermanos del modo más profundo y radical. No hay misión más grande, ni tarea más bella”.
En su homilía Mons. Alfonso Carrasco Rouco hizo referencia a la llamada que Cristo les ha hecho a una “obra y misión victoriosa con el Señor”. “Irán como profetas a anunciar el Evangelio, con la palabra, obras y amor. Con su corazón unido al Señor”.
En otro momento de su homilía, señaló que “Serán testigos del corazón, del Amor de Dios, que el hombre desconoce si no mira Cristo que es quien nos lo revela”. Están llamados a ser “testimonio de que el Señor está cerca de nosotros, testigos de un amor que nos sostiene y de su misericordia, que perdona los pecados de los hombres”.
En referencia a la misión de diáconos, Mons. Alfonso Carrasco, manifestó que “la tarea a la que se enfrentan como diáconos es de servicio, de trabajo. Una tarea que realizarán con felicidad porque trabajando al servicio de Dios, están sirviendo a sus hermanos del modo más profundo y radical. No hay misión más grande, ni tarea más bella”.
Obispado de Lugo