El presidente de la Xunta aún no confirma la fecha de las elecciones autonómicas de otoño pero avanza que será algo previsible

El presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, asegura que en los textos que se presentan en el Parlamento, laten las palabras de un gran servidor público que actualizó el mensaje galleguista, ya que de la mano de Manuel Fraga, aseveró, el reformismo galleguista cobra un nuevo vigor para convertirse en fuerza transformadora, activa y ganadora. “Con él Galicia completa su denominación constitucional como nacionalidad histórica, para ser una nacionalidad en el presente y una nacionalidad en el futuro”, dijo, subrayando que en la historia del parlamentarismo no sobran las figuras capaces de cautivar con la palabra y la acción.
Durante el acto de presentación del libro Manuel Fraga Iribarne, discursos parlamentarios, Feijóo aseveró que el que propuso Fraga fue una Galicia renovada, fuerte en el conjunto de España y con voz propia en el escenario internacional. “Fueron propósitos estimulantes que él hizo posibles sin alterar la unidad esencial que distingue a nuestro país”, precisó.
Durante su intervención, el titular de la Xunta recordó también que la política que llevó a cabo poseía un componente emocional. “Hay un legado cuantificable, visible y tangible, pero también existe otro que está disperso en la mentalidad de los gallegos. Don Manuel recupera el orgullo de ser gallegos. Le muestra a su pueblo que un gallego como él puede volver y triunfar en la tierra después de tener excepcionales responsabilidades en la vida del país. Acreditó que se puede ser profeta en su tierra y servir de catalizador para un resurgimiento no solamente material sino también emocional”, precisó.
“Suya es la idea de autoidentificación. El gallego se encuentra a sí mismo, no para quedarse asombrado como el Narciso de la mitología, sino para fortalecer lo suyo y ver en el autogobierno una herramienta útil para la convivencia, el bienestar y también para la reclamación y la exigencia cuando son necesarias. El gallego no precisa modelos ajenos porque ya los tiene en su casa. Del clásico ‘como en Irlanda, como en Irlanda' de Alfredo Brañas, pasamos a un 'como en Galicia, como en Galicia'”, añadió.
Feijóo concluyó haciendo hincapié en que Manuel Fraga dejó obras y palabras en Galicia. Y aseveró que el buen político, “aquel que se convierte en estadista cuando no piensa en las próximas elecciones sino en las próximas generaciones”, tiene que estar siempre vinculado a un adverbio fundamental: como. “Ese como es lo que distingue al político del teórico, ya que el político no puede limitarse a decir hay que hacer; tiene el deber de explicar como hay que hacer, convencer democráticamente a la sociedad y culminar el proyecto”.
R.