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Un informe de Aisge, con datos de principios de 2016, alerta de que el 60% de los actores y actrices gallegos está por debajo del umbral de la pobreza

Nota de prensa de Aisge:

La situación de los actores, actrices, bailarines y bailarinas se deteriora en tierras gallegas. El 48 por ciento de los artistas de esta comunidad no consiguen empleo dentro de su profesión, un índice que se eleva hasta un 55 por ciento en el caso de los actores audiovisuales. La situación no es mucho mejor entre dobladores (48 por ciento de desempleo) o actores de teatro (44 por ciento), y solo se reduce de manera significativa en el caso de los profesionales de la danza, entre los que solo se registra un 10 por ciento de paro.

Estos datos forman parte del contenido del Informe sociolaboral sobre el colectivo de actores y bailarines en España, un trabajo sociológico de más de 400 páginas que la Fundación AISGE ha desarrollado a lo largo de los siete primeros meses de este año 2016. El estudio, el más minucioso de sus características realizado nunca en el país, se nutre de un total de 3.282 encuestas, de las que 187 proceden de las cuatro provincias gallegas. Se trata de un volumen de respuestas extraordinario, ya que equivale al 46 por ciento de los socios en la región de AISGE, la entidad que gestiona los derechos de propiedad intelectual de actores e intérpretes. La fiabilidad de estos datos es muy elevada y supera con creces a los dos informes desarrollados por la Fundación AISGE en los años 2004 y 2012.

Esta incertidumbre laboral tan acusada propicia que los profesionales gallegos busquen ocupaciones complementarias para completar sus ingresos y llegar a fin de mes. El 40 por ciento de las personas encuestadas recurren a otros empleos. La cuarta parte de ese grupo consigue ocuparse en labores más o menos cercanas a su profesión, desde las enseñanzas artísticas a la producción de espectáculos o proyectos audiovisuales. Sin embargo, la inmensa mayoría (casi las tres cuartas partes) tiene que conformarse con trabajos de cualquier otra naturaleza, sin conexión con el mundo de las artes.

El paro en sentido estricto (teniendo en cuenta estos otros empleos alternativos o de subsistencia más allá de la creación artística) se queda en el 29 por ciento en el caso de los artistas teatrales y el 28 por ciento para los audiovisuales. Algo mejor pintan las cosas entre los dobladores (20 por ciento de índice de desempleo) y los bailarines (17 por ciento).

Para complicar más esta situación en el caso gallego, el 48 por ciento de los parados del sector no perciben ningún tipo de prestación o ayuda en la región. Esta cruda perspectiva afecta al 55 por ciento de los parados contabilizados en el ámbito teatral.

Dentro de lo malo, la situación de trabajo “en negro” o sin contrato es poco frecuente entre los artistas gallegos. Esta circunstancia es habitual para el 13 por ciento de los intérpretes en el cómputo estatal, pero solo afecta al 3 por ciento de los encuestados en Galicia. Sí que le sucede al 29 por ciento de los bailarines, pero resulta casi inapreciable entre los demás grupos analizados.

Tampoco se dispara el porcentaje de quienes cobran por debajo de las tarifas establecidas en convenio. En tal aprieto se encuentran el 13 por ciento de los artistas gallegos, una situación anómala que se dispara hasta el 27 por ciento en la Comunidad de Madrid, aunque roza incluso al 34 por ciento en la Comunidad Valenciana. Por encima de los valores establecidos en los convenios solo se registra un 9 por ciento de privilegiados, una cifra que aumenta hasta el 18 por ciento en el caso específico del sector audiovisual.

Si nos circunscribimos solo a los ingresos obtenidos por el ejercicio de la profesión artística, el 60 por ciento de los artistas se sitúan por debajo de la línea de la pobreza, una cifra semejante al 58 por ciento de Cataluña, pero menos dramática que el 68 por ciento en la Comunidad de Madrid. Este porcentaje engloba a quienes no obtuvieron ningún ingreso en absoluto o a los que, habiendo conseguido empleo “en lo suyo”, no superaron los 6.000 euros anuales (500 euros al mes de media). La proporción de artistas por debajo de la línea de la pobreza es particularmente terrible en el caso de los bailarines (89 por ciento).

Además de ese 60 por ciento mencionado, otro 15 por ciento del total de artistas se sitúan en la franja de la “situación precaria”, con ingresos medios entre 500 y 1.000 euros al mes. Quienes superan la condición de mileuristas son el 25 por ciento restante. Ahora bien, si contabilizamos el total de ingresos (los propios de la profesión artística y los obtenidos mediante otros empleos), podemos considerar pobres al 34 por ciento de los artistas gallegos y en situación precaria a otro 40 por ciento. Dicho de otro modo: solo la cuarta parte (el 24 por ciento) de los intérpretes gallegos gozan de una posición más o menos desahogada, con un mínimo de 1.200 euros de ingresos totales al mes.

Las mujeres siguen padeciendo agravio comparativo también en este sector. Las diferencias en la tasa de desocupación perjudican a las artistas en cinco puntos: hay un 50 por ciento de mujeres sin empleo, frente al 45 por ciento de sus compañeros varones. Se trata de una brecha muy similar a los seis puntos que se registran en el cómputo nacional.

Los demás indicadores también corroboran que ellas salen siempre peor paradas. De hecho, las mujeres predominan en la franja de artistas que ganan menos de 600 euros anuales (28 por ciento frente al 16 por ciento). Por el contrario, son ellos los que prevalecen entre quienes ingresan más de 6.000 euros al año por su oficio artístico (46 por ciento frente al 33 por ciento).

El colectivo de artistas está bastante equilibrado por género en Galicia, aunque existe cierto predominio masculino: 54 por ciento de hombres y 46 por ciento de mujeres. Esa preponderancia masculina solo se mantiene en el audiovisual (62 por ciento) y el teatro (59 por ciento), mientras que ellas son más en danza (80 por ciento) y doblaje (54 por ciento). El 69 por ciento del colectivo artístico se concentra en A Coruña y el 23 por ciento en Pontevedra, ya que en Ourense y Lugo residen apenas el 5 y 3 por ciento del total.

El perfil de edad ofrece síntomas de envejecimiento. El 51 por ciento de los artistas gallegos tienen más de 45 años, mientras que en la franja de 35 a 44 años encontramos al 34 por ciento, quedando los menores de 35 años en el 15 por ciento del total. Al menos se puede presumir de que el 24 por ciento de los encuestados y encuestadas consiguieron debutar antes de la mayoría de edad.
R.