La Xunta dice que el Pladiga 2018 contempla la cobertura por alto riesgo de incendios hasta octubre y que se cubrirán todas las vacantes
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La Consellería de Medio Rural procura la máxima implicación de la sociedad gallega y general y de las diferentes administraciones con competencias en la materia para reforzar la prevención y defensa contra los incendios forestales. Este principio inspira la actualización del Pladiga, que presentó en rueda de prensa el director general de Ordenación Forestal, Tomás Fernández-Couto.
En este contexto, el director general explicó que la Xunta propondrá a la Federación Gallega de Municipios y Provincias (Fegamp) un acuerdo para mejorar la gestión de la biomasa en las cercanías de las viviendas y núcleos de población y, consecuentemente, prevenir y minimizar los daños por los incendios.
Fernández-Couto indicó que Medio Rural es consciente de las dificultades –sobre todo económicas– que afrontan los municipios para hacer cumplir la normativa sobre incendios. Por eso, la consellería se compromete a cofinanciar los costes de las actuaciones precisas para mantener en condiciones las llamadas franjas secundarias.
Esta es una de las grandes novedades de la política de la Xunta en materia de prevención, defensa y extinción de fuegos forestales, pero no la única. El director general avanzó los principales contenidos del renovado Pladiga 2018, que incorpora una serie de mejoras organizativas y tecnológicas. Sobre las primeras, Fernández-Couto señaló que se centran en la puesta en valor de los recursos humanos y materiales existentes, procurando la máxima eficacia en el trabajo de las brigadas y también dotar de mayor seguridad a los trabajadores del operativo.
En esta línea, dijo que este año, por primera vez, se cubrirán el cien por ciento de las vacantes del personal del dispositivo. Y avanzó que el Pladiga prevé la posibilidad de aumentar su tiempo de trabajo. En relación con las mejoras de carácter tecnológico, mencionó por ejemplo la implantación de una red de vigilancia de los espacios forestales con un total de 34 nuevas cámaras que estarán distribuidas entre diferentes distritos y localizadas especialmente en parroquias de alta actividad incendiaria. Se refuerza así dicha red, que contará este año con 81 puestos, incluidas las referidas cámaras.
Además, el dispositivo de lucha contra el fuego contará con un helicóptero dotado con cámaras que transmitirán imágenes y vídeo en tiempo real y georreferenciadas, lo que permitirá comprobar la situación de un determinado fuego sobre plano y su evolución, algo que, lógicamente, ayudará mucho en la toma de decisiones en el momento de la extinción.
Fernández-Couto señaló que el Pladiga 2018 busca también la máxima implicación de la sociedad civil y por eso se incorporarán convenios de colaboración con colectivos como el de cazadores o los radioaficionados, especialmente para tareas de vigilancia y alerta temprana de fuegos.
Otra novedad del plan de este año, según relató el director general, tiene que ver con el incremento del número de las parroquias de alta actividad incendiaria (Paai), que pasan de las 73 registradas en el 2017 a 77 en el presente año. Estas Paai son aquellas incluidas en zonas declaradas como de alto riesgo que, por el número de incendios forestales reiterados o por su gran virulencia, precisan medidas extraordinarias de prevención de fuegos y de protección de los montes frente a los impactos producidos por ellos.
Tomás Fernández-Couto hizo también un resumen del operativo de esta campaña, que es muy semejante al de los últimos años. Así, estará compuesto por más de 7.000 efectivos, contabilizando los propios de la Xunta, los del Ministerio de Agricultura, del Ejército y de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. En lo que se refiere a los medios materiales, se contará con una treintena de medios aéreos, entre los propios de la Xunta y los que aporta el Estado, y 360 motobombas de la Xunta, de los ayuntamientos y de los parques de bomberos, y a los que se añaden cisternas, palas y otros vehículos.
A mayores, el director general dio cuenta de los objetivos generales y específicos (de control) que se marca el Pladiga 2018. Con carácter genérico, dijo que se procurará reducir al mínimo posible los daños ambientales, económicos y sociales producidos por los incendios, dentro de los recursos disponibles. Entre los fines de control se encuentran los de mantener el número de fuegos mayores de 25 hectáreas por debajo del 2% del total y el de reducir el número de incendios y la superficie quemada total con respecto al promedio de los últimos diez años.
R.