El Ayuntamiento de Lugo activa la prealerta por sequía y suprime el riego de los jardines

El concejal de Medio Ambiente, Lino González Dopeso, explicó que también están estudiando, en función de cómo evolucione el tiempo, la posibilidad de disminuir la presión del agua que se bombea en horario nocturno. A la vista de la ausencia de lluvias, Dopeso invitó a la población lucense a "colaborar", atendiendo a consejos como "usar menos la ducha y menos el baño"; que las empresas sean más cuidadosas en el uso del bien líquido o "limitar" los lavados de los turismos.

El edil puntualizó que esta es la "la primera vez" que el ayuntamiento adopta una prealerta de estas características, aunque puso especial énfasis en que, de momento, el abastecimiento "está garantizado". No obstante, admitió que puede peligrar lo que se conoce como "caudal ecológico", que da vida a las especies piscícolas y flora fluvial. Con estas medidas que se ponen en marcha desde el consistorio lucense se ahorrará un diez por ciento del total del agua que se consume de forma habitual. Lino González Dopeso reconoció que en la zona rural existe una mayor concentración de la sequía, e incluso previno de que algunos pozos y fuentes están muy por debajo de su rendimiento para esta época del año.

El conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, avanzó que su departamento analiza "soluciones alternativas de dotación de caudales" ante las consecuencias de la sequía que podría afectar a los cauces fluviales gallegos si se prolonga la ausencia de precipitaciones meteorológicas. Manuel Vázquez reconoció que Galicia lleva un periodo de cerca de dos meses "con escasísima plubiosidad" y que empiezan a "saltar unas alarmas razonables". "Empiezan a encenderse las luces rojas para decirnos que seamos prudentes, pero aún sabiendo que estamos teniendo una climatología anómala, no debemos caer en la preocupación por tener problemas, ya que lo normal seria que no los hubiera si tenemos como aliado el consumo racional del agua por parte de los ciudadanos", remarcó. Así, se mostró confiado en que estas soluciones preventivas "no deberían ser necesarias" y apeló a la "tranquilidad" de la población porque "de momento no hay una sequía inminente". Así, recordó que el año hidrológico está comenzando ahora y está por delante el otoño y el invierno y "lo normal es que se llenen los acuíferos y los embalses".

Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Norte (CHN), que activó el plan especial de alerta por sequía en la cuenca del río Miño, ha detectado las principales dificultades en A Fonsagrada y en la comarca del Alto Miño, en pueblos que se abastecen de aguas circulantes, es decir, arroyos y ríos y manantiales superficiales, ya que se trata de los sistemas "más vulnerables" a las sequías. En declaraciones a Europa Press, el presidente de la CHN concretó que estas dificultades se deben a que los cauces están "en sus caudales mínimos o incluso por debajo", lo cual provoca efectos medioambientales negativos, aunque puntualizó que aún no se prevén dificultades importantes para el abastecimiento de la población.

No obstante, apuntó que el bajo caudal de los arroyos y ríos provoca, además de efectos medioambientales negativos, que se reduzca la calidad del agua, ya que se mantiene la intensidad de los vertidos en un volumen menos de agua. Al respecto, aunque aseguró que se adoptan las medidas con "el mayor margen de seguridad posible", estimó "imprescindible adoptar las primeras medidas de ahorro". Tras dos meses de práctica ausencia de lluvias, los embalses en la comunidad gallega se encuentran en una situación similar a la de 2005, pero dado que la mayor parte de ciudades y villas en Galicia dependen de caudales que fluyen a los ríos y pozos, el sistema es más vulnerable, a lo que se añade la pérdida de agua por fugas en redes deficientes.